Los cambios conductuales y físicos que ocurren durante el miedo y la ansiedad están relacionados con la preparación del cuerpo para enfrentar o evitar el peligro. En situaciones de peligro físico, estos cambios son adaptativos; sin embargo, en situaciones no físicas, como pagar facturas, la ansiedad puede ser desadaptativa y convertirse en un trastorno mental.
Un cierto grado de ansiedad puede ser beneficioso en situaciones específicas, como enfrentarse a un examen, ya que puede mejorar la concentración y la motivación. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva y prolongada, puede convertirse en un trastorno, causando angustia significativa y deterioro en el rendimiento. Para diferenciar la ansiedad adaptativa de un trastorno de ansiedad, es esencial considerar la experiencia subjetiva del paciente, la interferencia con la vida diaria, la persistencia en el tiempo y la intensidad de los síntomas.
La ansiedad se clasifica en varios trastornos según sus características principales:
Es frecuente que una persona con ansiedad cumpla los criterios de varios trastornos de ansiedad y que estos se solapen con otros problemas como depresión, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o insomnio.
"El primer paso para superar la ansiedad es aceptar que no puedes controlar todo, pero sí puedes controlar cómo reaccionas ante ello."
Los trastornos de ansiedad tienen una etiología que combina vulnerabilidades biológicas (genéticas) y psicológicas. Algunas enfermedades médicas pueden causar ansiedad y deben descartarse primero, como el hipertiroidismo o las arritmias cardíacas. El abuso de sustancias como la cafeína o la abstinencia de alcohol también puede provocar ansiedad.
A nivel psicológico, la ansiedad puede surgir por situaciones estresantes como la pérdida de un ser querido, el desempleo o problemas de salud. Algunas personas pueden ser más propensas a la ansiedad debido a experiencias traumáticas o predisposiciones genéticas.
El diagnóstico de la ansiedad requiere una evaluación médica para descartar causas físicas. Un psiquiatra o psicólogo clínico suele realizar preguntas sobre la duración, intensidad y momento de aparición de la ansiedad, además de indagar en el sueño, estado de ánimo y antecedentes familiares para identificar el tipo de ansiedad y orientar el tratamiento.
El tratamiento de la ansiedad depende de su intensidad, frecuencia y preferencias del paciente, y puede incluir psicoterapia, medicación o una combinación de ambas. Es esencial que el tratamiento sea dirigido por un especialista en psiquiatría o psicología clínica, quien informará al paciente sobre las opciones disponibles para que este participe en la decisión terapéutica.
La ansiedad, aunque normal en ciertas circunstancias, puede convertirse en un trastorno significativo que afecta la vida diaria. Identificar sus causas, tipos y tratamiento adecuado es crucial para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
"En medio de la tormenta de la ansiedad, recuerda que hay un refugio en la calma interior."
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