Es normal que los padres se pregunten si su hijo necesita ayuda profesional. Algunas señales que pueden indicar que su hijo podría beneficiarse de la ayuda de la psicología infantil incluyen:
No existe una edad mínima para que un niño pueda beneficiarse de la psicología infantil. En Jessica Serrano Psicología, atiendo a niñxs desde la primera infancia hasta la adolescencia. La intervención temprana puede ser crucial para abordar problemas en su inicio y prevenir dificultades futuras.
Para los niños muy pequeños, utilizo técnicas adaptadas como la terapia de juego. A medida que crecen, ajustamos nuestros métodos para que sean apropiados a su edad y nivel de desarrollo.
En realidad, la terapia es un trabajo en equipo. Los psicólogos colaboramos con los padres, los maestros y cualquier figura importante en la vida del niño para crear un entorno que fomente su bienestar emocional.
Una vez, trabajé con una familia donde el niño se sentía desbordado porque sus padres discutían mucho delante de él. En terapia, ayudo a los padres a mejorar su comunicación y, en pocas semanas, el comportamiento del niño también cambió.
Es un claro ejemplo de cómo el entorno influye directamente en el bienestar de los más pequeños.
Mi consulta está diseñada para ser un espacio seguro y acogedor para los niños. El proceso típicamente incluye:
A veces, los padres sienten que algo no está del todo bien, pero no saben exactamente qué. ¿Es una etapa? ¿Es un berrinche pasajero? ¿O hay algo más detrás? Pues bien, si te preguntas si es momento de buscar ayuda, aquí van algunas señales que pueden indicarlo:
Si alguna de estas señales te suena familiar, es posible que sea el momento de buscar la ayuda de un psicólogo infantil. Y no, esto no significa que has fracasado como madre o padre. De hecho, significa todo lo contrario: estás dispuesto a darle a tu hijo las herramientas que necesita para enfrentar sus emociones de una forma saludable.
Atiendo a niños y adolescentes desde la primera infancia hasta los 18 años. Nuestro rango de atención incluye:
Adapto las técnicas y enfoques según la edad y etapa de desarrollo de cada niño. Para los más pequeños, utilizo métodos como la terapia de juego, mientras que con los adolescentes empleo enfoques más conversacionales y orientados a la resolución de problemas.
Independientemente de la edad, mi objetivo es proporcionar un ambiente seguro y de apoyo donde los niños y jóvenes puedan expresarse y desarrollar habilidades para enfrentar los desafíos de su etapa vital.
Cuando alguien piensa en un psicólogo, lo primero que viene a la mente suele ser una sala con un diván, una persona tomando notas y preguntas como: “¿Cómo te sientes al respecto?”. Pero con los niños, las cosas son mucho más creativas. Aquí no hay divanes (bueno, tal vez uno para sentarse cómodamente) ni largos monólogos introspectivos. El trabajo con niños implica juegos, colores, cuentos y mucha paciencia.
Un psicólogo infantil es como un explorador emocional: ayuda a los niños a identificar, comprender y gestionar lo que sienten. A veces, las emociones pueden ser tan intensas para ellos como lo es una mudanza para un adulto o una ruptura amorosa para un adolescente. Pero los niños no siempre tienen las palabras para expresarlo. Y, en lugar de decir “me siento ansioso” o “tengo miedo”, lo expresan de maneras que los adultos a menudo no entendemos: rabietas, silencio, falta de apetito, pesadillas, rechazo a ir al colegio… Suena familiar, ¿verdad?
Hablar con los niñxs sobre la visita a un profesional de psicología infantil puede ser delicado. Aquí hay algunas recomendaciones:
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